Loli Pardo, Interiorista Comercial
Si buscas en la RAE la definición de «Academia» puedes leer esto: Institución oficial constituida por personas destacadas en las letras, las artes o las ciencias, que realizan colectivamente determinadas actividades. La verdad es que últimamente me parece que las definiciones oficiales no tienen ya mucho que ver con la realidad… quizás por eso, a Erasmo Idiomas decidieron llamarlo «Centro de enseñanza e Idiomas» en lugar de academia. El punto fuerte de este centro son las personas que lo gestionan y el profesorado y es por eso que conectan tan bien con otras personas, sus alumnos.
Más que una academia de inglés
Nuestra actuación en este negocio no es global. Este negocio está creciendo y necesitan hacer una ampliación, conectando su espacio actual con el local anexo. ¿La dificultad? Redistribuir los espacios para generar una zona de recepción y distribuidor donde antes había un aula y, lo más importante (y divertido para mí) explicar con el espacio que, a partir de ahora, Erasmo no es sólo «una academia» si no que ofrecen servicios de enseñanza de inglés para niños a partir de 6 meses de edad.
Acceso principal de las nuevas instalaciones.
Como siempre, este proyecto lo comenzamos haciendo un briefing con Guillermo, el gerente de Erasmo, para conocer a fondo su negocio. Esta primera reunión está enfocada a sacar toda la información necesaria para poder volcar en el local comercial la identidad de marca del negocio. Como he dicho antes, a los trabajadores de Erasmo les resulta fácil conectar con sus alumnos. Tanto es así que, un día Guillermo le dijo, de broma, a uno de sus pequeños alumnos (8 años), que iba a poner un parking de patinetes para que pudiera dejar el suyo aparcado mientras estaba en la clase de inglés.
«Puede parecer una anécdota sin importancia pero, para mí, este tipo de información sacada de una conversación relajada con el cliente, es relevante y reveladora.»
Probablemente Guillermo pensó en pedir al ayuntamiento que le pusieran en la puerta un aparcamiento para bicicletas pero nuestra labor es ir más allá de la primera idea y diseñar algo que se aleje de lo común, algo que genere impacto visual y se quede en la mente del consumidor.
El cliente objetivo
En este caso, los compradores son los padres de los niños, pero van a ser los niños los que le digan a sus padres que quieren ir a la academia que tiene un parking de patinetes, así que decidimos «diseñar para los niños», sin perder de vista dos aspectos muy importantes: 1º Erasmo no es una guardería como tal (aunque ofrece un servicio similar). Las aulas tienen que ser adaptables a posibles charlas/eventos para adolescentes o adultos si en alguna ocasión fuera necesario. 2º El presupuesto. Tener que acondicionar un local muy antiguo supone una inversión importante en cosas «no tangibles» o «no visibles» y para nosotros es primordial tener en cuenta este aspecto a la hora de diseñar, para que el presupuesto no ascienda más de lo que el promotor quiere o puede invertir en ese momento.
Antes de la reforma.
Con el programa de necesidades claro y centrados en resolver las principales premisas de este proyecto, nos ponemos a trabajar en el diseño para crear un espacio dedicado a la enseñanza donde los alumnos aprendan mientras juegan, sin que se sientan «encerrados» en un aula. Buscar la sorpresa de los más pequeños (y los no tan pequeños) cada vez que entren en una zona distinta es el objetivo principal del proyecto. Queremos que la sorpresa sea agradable pero sin llegar a perturbar porque, para que el aprendizaje sea óptimo, no debemos provocar distracciones innecesarias.
Zona de paso con estructura de casita.
Sentir experiencias y crear conexiones
Después de la primera sorpresa, la de tener un parking de patinetes «privado» en una sala donde cuelgan macetas del techo, el alumno realiza un recorrido que le hace pasar por un pasillo con una estructura de madera con forma de casita como techo. «Bajar el techo» de manera visual en esta zona, genera cierta sensación de bienestar en los niños ya que, en pasillos más o menos estrechos, la percepción más común (incluso en adultos) es la de succión. A parte de esto, ¿alguien conoce algún niño al que no le guste jugar a las cabañas?
Aula principal y zona de Speaking Club
Si continuamos con el recorrido, la siguiente parada es en el aula de niños de 5 a 8 años, que se convierte en la sala de «speaking» para adultos los viernes por la tarde y que alberga las charlas que ofrecen de manera mensual los sábados tanto para alumnos como no alumnos, enfocadas en aportar valor a la población. Esta sala es la más «camaleónica» y tiene un gran poder de captación hacia los transeúntes que, cuando pasan caminando por la calle, pueden ver las actividades que se hacen en su interior a través de dos grandes ventanales.
Aula para bebés y niños.
Esta aula es la de los más pequeños, donde bebés desde 6 meses hasta 3 años aprenden sus primeras palabras en inglés por las mañanas y niños de 3-5 años juegan en inglés por las tardes. Como punto singular, se ha creado una casita aprovechando el hueco de la escalera de la vivienda situada en la planta de arriba. Pintar toda esta zona de uno de los colores corporativos del negocio, junto con las nubes colgadas del techo, además de ayudar a potenciar la marca, produce en los niños asociaciones positivas. Un gran ventanal les aporta la luz necesaria y vital para personitas de estas edades. Esta ventana, como todas las del centro de idiomas, se ha fabricado con carpintería de aluminio del color ral correspondiente a la identidad corporativa de Erasmo. Son 4 los colores con los que hemos inundado cada zona, aportando dinamismo y vida a la vez que se crea una conexión del espacio con la marca.
Patio interior.
Al final del recorrido nos encontramos con el patio, requisito imprescindible en el programa de necesidades que comentaba al principio de este post. Un patio de un centro de enseñanza necesita que pueda ser vivido por los alumnos, que deje lugar para interactuar, para que los niños se expresen y, para eso se ha pintado todo el zócalo con pintura de pizarra. Las macetas, colgadas en las paredes de manera aleatoria ayudan a potenciar la sensación de estar en un lugar abierto, de parque infantil, más que en un patio interior de una zona residencial.
Fachada de Erasmo Idiomas.
Por último, la fachada
Es curioso que deje la fachada para el final, cuando es lo primero que ven los clientes cuando pasean por la calle. Lo dejo lo último porque, en nuestro trabajo, es lo último que se diseña, por lo menos nosotros lo hacemos así. ¿Por qué? Porque sabemos que una fachada tiene que expresar y transmitir lo que las personas van a encontrar en el interior de los negocios. Porque una fachada que «no dice nada» sobre el interior, no está cumpliendo su deber de captación de clientes. Puedes encontrar información adicional y ver más imágenes de este proyecto en la página de portfolio de “Erasmo Idiomas”. ¿A ti qué te parece? Si pasaras por la puerta de este centro de idiomas, ¿tendrías curiosidad por saber cómo es por dentro? Cuéntanoslo en los comentarios.
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