Hace un par de semanas estuve en la escuela de arte de Alicante dando una pequeña charla sobre Interiorismo Comercial a algunos estudiantes de Diseño de Interiores. Mantengo muy buena relación con varios de los profesores de esa escuela porque fue allí donde comencé a dar mis primeros pasos como interiorista y estos profesores me han echado una mano, durante mi tiempo como estudiante, pero también después. Cuando les han pedido recomendaciones de antiguos alumnos para cubrir algún puesto de trabajo, por ejemplo, ellos se han acordado de mí y eso siempre es de agradecer. A cambio de su cariño y su amabilidad, yo les ofrezco ir de vez en cuando a la escuela para charlar con sus alumnos y darles mi punto de vista sobre el trabajo como Interioristas. No hace falta decir que a mí me encanta y me lo paso genial haciendo estas cosas. En esta ocasión, me preparé un pequeño ejercicio para mostrarles la importancia que tiene definir bien el cliente ideal de un negocio antes de comenzar a diseñar. Les conté que hace un tiempo decidí no hacer más interiorismo de viviendas y que en este momento de mi vida profesional, me estoy dedicando solamente a diseñar Interiores Comerciales y entonces surgió la pregunta… ¿por qué?

Lo primero de todo es dejar claro que siento un profundo respeto por todas las profesiones en general. La gente que trabaja (trabajar ≠ calentar una silla) se merece todo el respeto del mundo. Y en segundo lugar, admiro a todos los trabajadores del mundo del diseño: gráfico, industrial, ilustración, moda… y esto incluye a interioristas de viviendas y decoradores. Dicho esto, voy a responder ese porqué.

Hacer la distribución de una vivienda a reformar es como hacer un juego de ingenio o un puzle. Las piezas tienen que encajar perfectamente para que todo fluya, para que haya una buena circulación, los espacios sean confortables y además la vivienda esté aprovechada al 100% y esto es algo que me encanta. Crear volúmenes dentro de un volumen ya creado, jugar con materiales para producir ciertas sensaciones y elegir mobiliario que refleje la personalidad que quieres que tenga la vivienda es apasionante. Al fin y al cabo, cuando diseñas una vivienda, le pones tanto mimo como si al final fueras a ser tú quien va a vivir allí. Cuidas cada detalle y cada rincón de la vivienda. Y si el cliente con el que estás trabajando te acompaña en el proceso de diseño y entiende lo que estás haciendo por su vivienda, es ya la bomba.

Uno de los motivos principales tiene que ver con mi forma de ser. Yo soy una persona muy enérgica. Mis “días libres” prácticamente nunca son para descansar, los fines de semana no toco el sofá de casa (entre semana tampoco), hago mucho deporte y necesito estar activa. El diseño de Interiores Comerciales suele ser apresurado. El propietario del negocio siempre quiere abrir mañana o se van a trasladar a las nuevas oficinas la semana que viene y yo siempre pienso “¿pero por qué no me llamaron hace 2 meses?”, pero es algo bastante frecuente. Así que: “yo = persona activa” e “Interiorismo Comercial = celeridad” ⇒ somos tal para cual. También he de decir que este tipo de diseños y de obras, cogen mucha velocidad. Se empiezan y se terminan muy rápido y no te da tiempo a aburrirte. Antes de darte cuenta, se ha terminado la obra y ya estás con otro proyecto entre manos. Con el diseño de viviendas, es algo distinto. El cliente colabora mucho más en el proyecto y en la toma de decisiones y esto enlentece el proyecto y la obra.

Es verdad que para diseñar viviendas también hay que ser creativo, al fin y al cabo, todos los trabajos relacionados con el diseño tienen mucho que ver con la creatividad pero, desde mi punto de vista, en Interiorismo Comercial puedes explayarte muchísimo más que en una vivienda. Puedes hacer locuras como poner sillas en el techo y colgar las luminarias en el suelo. Puede parecer contradictorio el hecho de hacer diseños creativos a contra reloj ya que las ideas necesitan un periodo de incubación. Por eso tenemos que concienciar a los clientes de que los trabajos intelectuales requieren tiempo. No siempre se dispone del suficiente, pero esto forma parte del juego. Al final, cuando trabajas la creatividad y llegas a un diseño increíble te sientes así:

¡Y esa sensación mola mucho!

Además de ser personas activas y creativas, los Interioristas Comerciales somos estrategas. El objetivo de nuestro trabajo es que el empresario venda más y gane más dinero. No vale sólo con hacer un diseño bonito, tiene que tener un trasfondo. Esta parte del Interiorismo Comercial es la que muchas veces se queda en el tintero y esto es de lo más irónico porque la estrategia de venta es fundamental en cualquier tipo de negocio. Esta parte del diseño de locales comerciales me resulta muy motivadora. Siempre hay algo nuevo que aprender, nuevas técnicas de venta y nuevas tecnologías que las apoyan.

Otro motivo para centrarme sólo en el diseño de locales comerciales es el de tener una especialidad. Hay mucha competencia en el mundo del Interiorismo y creo que es la mejor forma de hacerse un hueco. Además, cuando sólo realizas un tipo de diseño, coges experiencia más rápido y puedes nombrarte especialista de esta tipología. Aquí puede que te estés preguntando “pero si sólo haces Interiorismo Comercial, ¿no estás perdiendo los clientes que quieren diseño de viviendas?” No lo considero una pérdida, sino todo lo contrario. Es una inversión. Dedico mi tiempo a crear una singularidad que, con el tiempo, va a traerme más clientes. De todas formas, como siempre, esta es sólo mi opinión y mi punto de vista.   Estas son las principales razones por las que decidí enfocarme en Interiorismo Comercial, la mezcla de creatividad, estrategia y acción, que hacen de esta especialidad una profesión apasionante y que engancha. Si tienes alguna duda o curiosidad, pregúntame. Ya sabes que me encantará echarte una mano.